El sábado pasado tuve la
oportunidad de poder ir al hospital niño Jesús con un grupo de niños con los
que preparé una obra de teatro para los enfermos. Fue una experiencia increíble
y que espero repetir en alguna otra ocasión. He querido escribir acerca de este
tema por dos motivos. El primero para que nos demos cuenta todos de la suerte
que tenemos. Los niños que acudieron al teatro tenían cáncer u otras
enfermedades graves y lo que quiero que veáis es que esos niños no tienen más
de ocho años y su infancia se ha visto limitada a la cama de un hospital algo
completamente diferente a lo que todos nosotros hemos vivido. En un momento de
la tarde hicimos varios puzles con ellos, cada uno ellos tenían una pieza y
escribieron un deseo. Muchos coincidían en lo mismo: Tener salud. En segundo
lugar quiero deciros que ha sido una de las mejores experiencias de mi vida
puesto que gracias a esto me he dado cuenta de que a pesar del sufrimiento
fuimos capaces de sacarles una sonrisa y os aseguro que ha sido una de las
mejores sensaciones que he sentido en mi vida. Con esto quiero que os deis
cuenta que dedicar un poco de tiempo a estos niños y a los demás en general os llenará
mucho más que una noche de copas. Os animo a que busquéis la manera de aportar
vuestro granito de arena a los demás.
Álvaro C.